LA MÚSICA, MÁS QUE NOTAS MUSICALES
La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo
desconocido, confianza, placer, euforia, tranquilidad, recuerdos de momentos y
lugares....estas son solo algunas de las variadas e intensas emociones y
sensaciones que provoca en los seres humanos la música, esa singular
combinación de melodía, ritmo y armonía.
Escuchamos antes de que podamos ver y oler, desde que
estamos en el vientre de la madre se captan los primeros sonidos procedentes
del latido del corazón o de la respiración. Nada mas nacer nos adentramos en un
océano de sonidos y vibraciones que nos acompañará el resto de nuestra vida.
La música es invisible e intangible, necesita del oído para
que el mensaje pueda ser transmitido, como en todo lenguaje se utilizan la
expresión y la percepción.
Ningún idioma, ninguna lengua ni ninguna otra forma de
expresión dice tan exactamente lo que los seres humanos sienten en determinadas
situaciones como la música. Las personas que tienen el don de crearla,
interpretarla y darle significado son muy afortunadas por tener ese don tan
especial.
Que la música influye en nuestro estado de ánimo no es nada
nuevo. Todos hemos sentido alguna vez la fuerza de la música y su capacidad
para transmitir sentimientos y emociones.
Piénsalo. ¿Cómo puede ser que una serie de sonidos sea capaz
de conmovernos? La música tiene la extraña y maravillosa propiedad de
emocionarnos y hacernos sentir muchas cosas. ¡Que raro!, ¿verdad? Sí, es
sorprendente; parece magia, pero es así. Hay música que nos alegra, que nos
relaja, que nos anima, que nos hace saltar.
Hay música que nos entristece, que nos inquieta e incluso
hay música que nos da miedo.
La música puede contagiarnos sensaciones diferentes y
manejarnos a su antojo. En cierta forma podríamos decir que la música nos
manipula. Sí. La música es exactamente una manipuladora; y no tenemos que
investigar mucho para darnos cuenta de ello. Solo hay que pensar en un sencillo
ejemplo. ¿Qué ocurre con la música compuesta para el cine? ¿Qué pasaría si
quitásemos el volumen de la tele y viéramos las películas sin sonido? ¿Sería lo
mismo? Pues claro que no. ¿Cómo va a darnos miedo un monstruo, un tiburón, un
fantasma o un alien sin la música tétrica que lo suele acompañar? Ante una
escena trágica, ¿cómo vamos a sentir lo mismo si a la película le falta esa
música que nos pone un nudo en la garganta e incluso nos hace llorar?
Un arte como la música con ese inmenso poder, con esa
extraordinaria cualidad, ¿seguro que no sirve para nada?
La música cosquillea varias partes del cerebro, al igual que
una tarta hace lo propio en el paladar. ¿Pero provoca el mismo efecto en todas las
personas? ¿La música es verdaderamente un lenguaje universal, como suele
afirmarse? Según algunos estudios neurológicos la respuesta es afirmativa, ya
que los sentimientos expresados musicalmente se extienden igual por todo el
mundo y la música logra superar sin mayores dificultades las barreras entre las
culturas. Así podemos formar una orquesta con músicos de diferentes lugares del
mundo, del mismo modo que personas de cualquier lugar, edad e ideología pueden
sentir lo mismo una música determinada.
Entre todas las artes, la música es un modo privilegiado de
expresar, transmitir y suscitar sentimientos, es por lo que ocupa en la vida
humana un lugar bastante más importante del que solemos atribuirle. Con ella
somos capaces de recordar momentos únicos e incluso dejar nuestro pensamiento
volar hasta momentos vividos intensamente.
Hay un estilo de música por cada sentimiento y un ritmo
diferente para cada estado de ánimo. Es lógico pensar que si la música resulta
algo tan universal, que nos acompaña desde hace miles de años, es porque debe
ejercer alguna función. Hasta mediados del siglo pasado no se empezaron a dar
explicaciones estrictamente científicas sobre el efecto de la música en el
hombre, algunos científicos descubrieron que un estilo musical ocasiona una
respuesta emocional y que la música es un camino en el cual el hombre puede
aliviar su tensión y frustración. Todos buscamos en la música aquello de lo que
carecemos en un momento determinado (inspiración, energía, sinceridad,
quietud...) por tanto en cada momento elegimos la pieza musical o el tipo de
música que puede suplir nuestras carencias a través de la audición, el canto o
la danza. Sin embargo, en otras ocasiones, no buscamos la música, es ella la
que llega hasta nosotros, con tal fuerza y sensibilidad que logra hacernos
cambiar de estado de ánimo.
Los efectos de la música sobre el comportamiento han sido evidentes desde los comienzos de la humanidad, a lo largo de la historia, la vida del hombre ha estado complementada e influenciada por la música, al ser un medio de comunicación y expresión no verbal, debido a sus efectos emocionales y de motivación, se ha utilizado como instrumento para manipular y controlar el comportamiento de las personas. La música despierta emociones y activa el funcionamiento del cerebro; como las notas en un pentagrama, las emociones suben y bajan al ritmo de las melodías, así nos hace reir, llorar, enamorarnos...., la música conecta directamente con nuestro subconsciente, con nuestro cerebro y es capaz de hacer que genere adrenalina. La música ha sido desde siempre un elemento socializador y presente en todo tipo de actos, rituales, ceremonias o celebraciones.
Además de los efectos que la música provoca en el ser
humano, también influye de manera directa en plantas y animales. Podemos
mencionar la investigación realizada por una organista y soprano que hizo un
experimento con calabazas de verano; en dos ambientes separados se transmitían
dos estilos musicales: rock y música clásica. Las plantas que estaban junto al
transmisor de música clásica dirigieron sus ramas hacia el mismo, mientras que
las plantas que tenían la música rock, extendieron sus ramas hacia el lado
opuesto al transmisor. Igualmente se han hecho experimentos con animales,
concretamente con vacas lecheras, a las que se les pone música clásica y los
lecheros aseguran que aumentan la producción de leche al sentirse más
relajadas. No obstante, es en el ser humano donde la música alcanza su máxima
expresión.
La música nos puede producir un intenso placer, escuchar de
nuevo una canción que hacía tiempo que no oíamos, vivir intensamente un
concierto, descubrir un nuevo tema en nuestra banda o cantante favorito ....
detrás de este sentimiento causado por algo tan abstracto como la música, se
esconden varios factores:
Identidad personal: el tipo de música que nos gusta da
información sobre nosotros mismos.
Gestión del estado de ánimo: según nuestro estado de ánimo
la música nos hace sentir cosas diferentes.
Aprendizaje de los demás y del mundo: a través de la música,
que llega con facilidad a todas partes, podemos conocer mucho, muchísimo sobre
el resto de las personas.
Relación interpersonal: La música es un tema de
conversación, es una forma de establecer un contacto.
Diversión: sin lugar a dudas, escuchar música es
divertido...... o quizás una forma de distracción.
Así pues, más allá de las concepciones artísticas, hoy en
día la ciencia está ubicando a la música en un terreno importante al convertirse en colaboradora
para la disminución de trastornos de índole físico y psíquico, se está
utilizando como terapia en numerosas áreas, denominándose el tratamiento
musicoterapia; cuyo objetivo no es curar, sino mejorar la calidad de vida y la
salud física, social, comunicativa, emocional e intelectual de muchas personas.
Se trata de una actividad terapeutica en plena expansión y con una sólida base
científica.
Los efectos de la música nos afectan también en aspectos
menos evidentes; a
nuestro alrededor
suena música a todas horas, sin embargo, hay un tipo de música, por ejemplo, el
hilo musical de los centros comerciales, que no es tan insignificante como
parece, esa música no es solo relleno acústico para el silencio, ni para
hacernos más llevadera la estancia allí, si no que varios estudios certifican
que pueden estimular los hábitos de compra, al relajarnos y hacernos aliviar
tensiones consiguen que permanezcamos más tiempo frente a los escaparates y
estanterías de los negocios. Por tanto, podremos observar como en cada tienda,
según el sector al que se dedica, nos ofrece una música diferente, todo está
estudiado....
Y para ponerle fin, sólo a este pequeño trabajo de
investigación sobre la música, pues la música nunca tendrá fin, me gustaría
detallar varios tipos de música, cada uno de los cuales por si solos o mezclados entre sí, transmiten distintos
SENTIMIENTOS:
....Música religiosa....Música profana....Música
culta....Música popular
Noelia Jiménez Ibáñez
6ºA
Proyecto profundiza 2013
Junta de Andalucía
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